martes, 2 de octubre de 2012

Primer contacto (y VI)


-Buen trabajo -comentó Karrde cuando el Comprador Uwana atravesó la atmósfera superior de Varonat y salió al espacio profundo-. Realmente muy buen trabajo. Aunque debo confesar cierta decepción de que en realidad no fueran los morodins tomándose finalmente su venganza.
A su lado, Celina resopló por lo bajo.
-Teniendo en cuenta que probablemente no puedan distinguir a un humano de un krish, y mucho menos a un humano de otro, debe considerarse afortunado que no fueran ellos. Le habrían aplastado en la tierra junto con Gamgalon y su equipo.
-Muy probablemente -admitió Karrde-. ¿De dónde sacaste las grabaciones de gruñidos de morodin?
-Gamgalon me llevó una vez en uno de sus safaris -dijo Celina-. Antes, cuando él todavía pensaba que podría tener una oportunidad de reclutarme en su organización.
-Así que no estabas trabajando para él. Nos habíamos preguntado acerca de eso.
-No me gustan los krish -dijo rotundamente-. Incluso en los honestos, no se puede confiar demasiado, y Gamgalon difícilmente podía calificarse de honesto. Además, para lo único que me quería era para hacer de espía para él en el espacio-puerto. No hay mucho futuro en eso.
-Ya no -coincidió Karrde-. ¿Así que, mientras estabas en la selva de todos modos, avanzaste y grabaste algunos gruñidos de morodin?
Ella se encogió de hombros.
-Pensé que podría ser útil tener registrado algo así. Resulta que tenía razón. -Ella le echó un vistazo-. Me debe esas tres grabadoras, por cierto. Esas cosas no son baratas.
-Te debo mucho más que eso -le recordó Karrde sobriamente-. ¿Por qué nos seguiste ahí fuera, de todos modos?
-Oh, vamos -se burló ella-. ¿Hart y Seoul? Por no hablar de una nave llamada Comprador Uwana. Todo era un poco demasiado curioso. Y recordaba haber oído hablar sobre un jefe contrabandista que tenía una cierta afición por los juegos de palabras curiosos1. Así que me la jugué.
-Y ha valido la pena -dijo Karrde-. Te has ganado una recompensa considerable. Di qué quieres.
Ella se volvió a mirarlo con aquellos ojos verdes suyos.
-Quiero un trabajo -dijo.
Karrde frunció el ceño. No era la respuesta que esperaba.
-¿Qué clase de trabajo?
-Cualquiera –dijo-. Sé pilotar, luchar, hacer de seleccionador de recién llegados...
-¿Mecánico de hipermotor?
-Eso, también -dijo Celina-. Lo que necesites, puedo aprenderlo. -Tomó una respiración profunda, y dejó escapar el aire-. Sólo quiero volver otra vez a la vida social.
Karrde enarcó una ceja.
-Tienes una visión extraña del contrabando si lo consideras vida social.
-Confíe en mí -dijo con gravedad-. En comparación con algunas de las cosas que he hecho, lo es.
-No lo dudo -dijo Karrde, estudiando su rostro. Un rostro muy llamativo, con un cuerpo impresionante acompañándolo. Decorativa y competente a un tiempo; su combinación favorita-. Está bien –dijo-. Has conseguido un trato. Bienvenida a bordo.
-Gracias –dijo-. No se arrepentirá de haberme contratado.
-Estoy seguro de que no lo haré. -Él sonrió ligeramente-. Y ya que ahora estamos trabajando oficialmente juntos... -le tendió la mano-. Puedes llamarme Talon Karrde.
Ella sonrió con fuerza mientras le tomaba la mano.
-Encantada de conocerte, Talon Karrde -dijo ella-. Me puedes llamar Mara Jade.

1 Es habitual que tanto los alias como los nombres de las naves que usa Talon Karrde sean juegos de palabras, en su mayoría intraducibles. En este caso, los alias usados por Karrde y Tapper, Hart-Seoul, en inglés suenan muy similar a Hard soul, es decir, “Alma dura”. Por otra parte, la nave Comprador Uwana es en inglés Uwana Buyer, que suena muy similar a You wanna buy her, es decir, “¿Quieres comprarla?” (N. del T.)

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